En cuanto a la vulnerabilidad al estrés, la mayoría de los pacientes  clasificó como vulnerable, seguido de los seriamente vulnerable y ninguno clasificó como extremadamente vulnerable. Los modos de afrontamiento más utilizados por estas personas fueron los  categorizados como positivos: la planificación, la aceptación de la responsabilidad y la reevaluación positiva, seguidos en orden de frecuencia decreciente la búsqueda de apoyo social, huida-evitación, autocontrol, distanciamiento y confrontación