En enero del 2020 la Organización Mundial de la Salud declara la emergencia sanitaria ante la aparición del nuevo coronavirus y en marzo del mismo año la enfermedad COVID-19 producida por este virus es declarada pandemia.Desde entonces los hematólogos de todo el mundo se han interrogado si los pacientes con enfermedades hematológicas serían más susceptibles de contagiarse por este virus, si en caso de infectarse, la severidad sería mayor, la evolución más desfavorable y si el tratamiento de su enfermedad hematológica podría empeorar su pronóstico, y, por tanto, si se debería posponer las intervenciones terapéuticas.Aún no se ha descrito una clara correlación entre el tipo de enfermedad hematológica y la incidencia de la COVID-19, aunque los reportes actuales resaltan a los desórdenes Linfoproliferativos. A pesar de los programas de vacunación contra la COVID-19, los resultados publicados sugieren que las vacunas anti-SARS-CoV-2 muestran menor eficacia en provocar una respuesta inmune en los pacientes con EHM, en comparación con la población general. Dada la variada gama de EHM, las repercusiones que conllevan en la respuesta inmune, la prevalencia de estas enfermedades y la emergencia por la actual pandemia, surgen preocupaciones e interrogantes en cuanto al contagio de la COVID-19 en este sector poblacional. Por ello surge el siguiente problema científico que da lugar a la presente investigación: ¿cuáles son las características de la enfermedad por la COVID-19 en los pacientes con enfermedades hematológicas malignas y cuáles son los factores de riesgo predisponentes a la evolución desfavorable en estos pacientes?