Resumen:

A pesar de la tecnología con que se cuenta hoy en día y los nuevos conocimientos y avances, sigue siendo un reto para los intensivistas pronosticar que va a suceder con el paciente una vez que ingresa en UCI.

Los sistemas pronósticos a nivel individual y poblacional permiten: clasificar y estratificar nuevos pacientes en categorías pronósticas o de riesgo en función de los resultados que pueden medirse en la UCI, como son: mortalidad, complicaciones, disfunción de órganos, duración de la estadía, grado de discapacidad, secuelas a largo plazo y calidad de vida.

Existen escalas pronósticas como el APACHE, el SAPS en sus diferentes versiones, el SOFA que se encuentran entre las más conocidas y utilizadas. Más recientemente han surgido nuevos índices, basados en el rol que juegan los linfocitos, los neutrófilos y las plaquetas en el proceso de la inflamación. Entre ellos el Índice Neutrófilo/Linfocitos y el Índice inmunidad/inflamación, han mostrado utilidad aunque no de forma uniforme en todos los subgrupos de pacientes críticos, no obstante pudieran convertirse en herramientas de uso universal por ser más económicas y que ayuden a pronosticar mejor y de forma más precoz  los efectos desfavorables y la mortalidad.